“La maté por la distribución de la riqueza”

Por Laura Delmonte

Desvergonzada y provocativa, así es la poesía de Vicente Federico Luy, un referente latente de la literatura cordobesa. Sus obras generan una viciosa complicidad con los jóvenes y también con mayores que se sienten como tal. En diciembre presentará su próximo libro: Poesía Popular Argentina.
Vicente nos recibió en un patio tupido de verde y sol, verano le ganó a primavera y la tarde también se unió a la mesa. Vicente es de la cerveza, otros optamos primero por la coca. Antología, lectores, libertad, poesía, política, Córdoba y cordobeses: son algunos de los temas que pusieron a una siesta de pelos.
El nuevo libro se llama Poesía Popular Argentina. Es una antología que publicará Casi Incendio la Casa (CILC), una editorial de Buenos Aires. Los chicos de CILC son un colectivo con reminiscencias a Los Verbonautas, un valeroso grupo de poesía y rock de los ’90. Se estima que la presentación será el 5 de diciembre en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Sobre ese momento Vicente nos anticipó: “ahora acabo de tener una gran alegría porque Gabo Ferro, quien es un cantante amigo ha aceptado leer los poemas en la presentación. Hay que tener un tipo que esté fuera de sí mismo, como Gabo, que está liberado”.
Las palabras de Vicente son poesía con responsabilidad social, responsabilidad de decir y ser entendido por todos. En sus líneas reconoce la presencia efectiva de un otro y allí es donde trata de rasgar y zambullirse. Hacer de su ideas mensajes honestos e inciviles es su modo llegar a quienes no se animan. Su acción es posicionar a la pavura en los límites de la bizarría.
- ¿Porqué Poesía Popular Argentina?
VL: Poesía Popular Argentina, porque mi poesía trabaja en la construcción del ahora, porque mi poesía es de cabotaje. Y porque conseguíme un título más pretencioso que éste…decir que es popular es decir que vas a ser entendido, que va a estar en contacto. Yo trabajo con un lenguaje pop y una conciencia rock. Sin el gag final no entra. Es como la Orgonomía, que es una ciencia dentro de la psiquiatría, que te clavan los dedos, te encuentran una emoción y le dan ahí a esa emoción. Y cuando vos empezás a llorar, a gritar y a pegar…recién entonces ahí charlamos y me contás qué sentís. Tiene un paralelismo.
- ¿Cuál es la idea de la antología? ¿Para quién es está dirigida?
VL: Yo siento que hago contacto cuando leo, con la gente que me recibe. Yo he buscado con mi poesía establecer ese contacto. El hecho de que es un igual el que te está hablando y que está tirando una onda interior. Hay que estar muy atento para pescar un gag escondido. Hay un poema mío que empieza: “si la vida tiene sentido…” entonces el otro te presta atención porque de pronto le estas por decir algo que tiene que ver con él. O empezás con un “¿Venderle el alma al diablo?, si pero cara”…y después tiras su continuación “Y si se puede venderle también otras cosas y venderle a dios lo que el diablo no compre”, y quieras o no te pusiste en contacto, porque hay un alma adelante tuyo escuchándote y fueron tan pocas las palabras…
- ¿Consideras que ese es uno de tus mejores poemas?
VL: Uno que la gente considera muy estúpido, son cuatro versos: “Qué piel Gabriela y te vas, la puerta sale del edificio para seguirte, la mañana la impacta, qué rico aire”. Esa es una puerta que se enamoró de esa mujer que se iba, la puerta nunca había salido del edificio y se encuentra con la mañana y ay…descubre el placer de la vida. Y es… que piel Gabriela y te vas…y a pesar de esa piel te dejo ir.
- Tenés un poema donde afirmas que la libertad debiera ser obligatoria, la libertad de ejercerse
VL: el poema dice “la conciencia debiera ser obligatoria, luego también la memoria. La piedad es un error. Oblíguese a la conciencia,  remítase a la memoria, oblíguese el buen señor que bien se ve la piedad es un error y la libertad debiera ser obligatoria”. Basta de toda esta gente colgada de nuestra energía porque no pueden asumirse y vivir tal cual son…sean lo que sean. Acá ven un intento mal terminado que soy yo, que estoy hecho bosta. Pero yo hice mi vida, toda mi vida hice lo que se me cantaron las pelotas, nunca tuve un jefe. Y bueno de pronto me asalta esta enfermedad, me fallan un par de planes, y todo se viene abajo. Guau! Pero la vida es hermosa.
- ¿Y no hay un miedo también a la libertad?
VL: Si, por supuesto, la libertad de ser y que te rechacen.
- ¿Así es la vida de un poeta?
VL: Y vivir como un poeta…que se yo…es ir viviendo. Vivo en una ligera inconsciencia, emotiva por lo menos, pero trato de llegar a la  síntesis. En el fondo todos estamos buscando lo mismo, la diferencia es que te atreves más o te atreves menos. Por ejemplo: “Si va a morir gente votemos quienes”.
- ¿A quién votarías?
- VL: Yo no voto.
- En tu libro “La Sexualidad de Gabriela Sabatini”, en uno de tus poemas decís que hay que poner el odio al servicio del bien común. ¿Recordás haberlo hecho alguna vez?
VL: Qué buena pregunta, porque lo que dice ahí es metafórico, no sé si con los afiches de los desnudos si no había una carga de odio, pero sí sé que hay una carga de odio en mi poesía, asumida.
- Pero en aquella intervención de los afiches, en donde expresabas “lo esencial es invisible a los ojos”, la considero más una manifestación de amor al servicio del bien común, no de odio.
VL: Claro, claro, pero está hecho desde la extrema soledad y eso conlleva un odio. Yo lo consideré un mensaje a los suicidas, que llega fin de año y estás solo y está todo el mundo hablando de fiestas. Y yo que después iba a terminar siendo un suicida fallido…20 años antes tiro una ficha a los suicidas. Es una locura, pero los que estamos solos, sabemos de qué se trata.
- ¿Qué opinas de Córdoba?
VL: Yo nací en una Córdoba revolucionaria, pero no la viví. Y después lo único que he vivido es miedo a entrega, porque el golpe fue cuando yo tenía quince años. Juzgo a Córdoba eternamente conservadora. El auditorio de la Biblioteca Nacional se llama Jorge Luis Borges, y Borges bancó a la dictadura de las maneras más claras que se podía. Por televisión dijo una vez “la democracia es un abuso de la estadística”. El viejo no deja de ser brillante ¿pero si vos tenés que confiar en tus poetas y en tus escritores? Guau! Qué influencia, y como es reconocido y respetado en el mundo, acá le hacen un culto que se le debiera hacer al esteta, pero de ninguna manera al hombre. Al hombre se lo debiera reprobar, más aún teniendo en cuenta las calidades de las que hablamos.
- Tu poesía marca una postura concreta frente a las políticas de los 90, si tuvieras que decir algo de los políticos que actualmente nos gobiernan, ¿qué dirías?
VL: Si por esas cosas de las películas, me encontrara con la presidenta, los dos solos en un ascensor la mataría. Luego el speech: “la maté por la distribución de la riqueza”. No tengo dudas de que lo haría, estrechando su mano, rodillazo al bajo vientre, después la ahorcaría hasta sofocarla. Es una fantasía, esa señora camina con guarda espalda, yo no la voy a poder matar. Puede ser cualquiera de ellos, son un conglomerado político que juntan los tres poderes, negocian entre ellos, provienen, y se distribuyen el poder de acuerdo a “lo que esté pasando”. Si está pasando lo que Malvinas, las cosas se tomarán de una manera, si te agarró el Corralito se tomarán de otra. Se privilegiarán ciertas cuestiones que hoy por hoy son absurdas y en ese momento serán importantes. Pero lo que hay de fijo son  los montos que se reparten y como sostienen el poder. Te enseñan que “Con la democracia se come, se cura y se educa”, o sea que la democracia es un bien. Tenemos dos partidos peronistas enfrentados en el poder, ¿qué leyes van a votar que no hayan votado antes? ¿Qué van a cambiar? El cambio se reconocería al instante, están tratando de dominar los espacios de radiodifusión. Están huyendo a su última posibilidad de salvación, a los últimos días de Hitler, pero en vez de venir una invasión rusa van a venir otros como ellos.
- Porque nosotros no tenemos “Plan” como decís en uno de tus poemas…
VL: Claro, porque nosotros no tenemos plan. Está muy duro tener plan, no es fácil. Yo he escrito un anti poema que dice “Mi inspiración es poca, el problema otro, cómo combatir esto, tanto dolor y nada se nos ocurre. De acá a veinte años vamos a estar hechos mierda, hechos mierda del todo”.

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